martes, 29 de septiembre de 2020

PRESENTACIÓN

¡Hola a todos y bienvenidos! 

Soy Ana y comparto con vosotros la primera entrada al Blog para la asignatura de Procesos y Contextos educativos. Os cuento brevemente mi "contexto" y mi experiencia con la educación:

Vengo de familia de artistas. Mis padres son profesores en la Escuela de Artes de Valladolid y mi hermano y yo somos músicos profesionales (él es trompetista y yo violinista). Compaginar desde los siete años la música reglada con el colegio y posteriormente el instituto no ha sido fácil; ha requerido de esfuerzo y sacrificio, pero la disciplina y la organización que me ha dado la música es algo de lo que estoy orgullosa de haber adquirido. En el resto de países europeos la música está reconocida como una rama más de la universidad, pero la enseñanza musical en España está fuera del marco universitario, como en una especie de limbo (de ahí que tengamos tantos problemas de convalidaciones a la hora de estudiar y salir al mundo laboral). En el campo de la interpretación he podido tocar con diferentes orquestas juveniles y profesionales dentro y fuera de la geografía española. La música me ha acercado a personas de todos los continentes y culturas, de las que he aprendido muchísimo y aunque cada uno tengamos nuestra lengua madre, al subirnos al escenario hablamos el mismo idioma. Aquí os comparto una de las fotos del último concierto en el que pude tocar antes del comienzo de la pandemia, con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León:

El tipo de enseñanza al que estamos acostumbrados es al de una docencia individual, en donde (a mayores de asignaturas grupales reducidas) aprendemos la interpretación y técnica del instrumento con un maestro que nos guía durante todo el proceso. Dentro de las asignaturas teóricas he adquirido nociones básicas de didáctica y pedagogía del instrumento para poder aplicarlas con alumnos que se encuentren en diferentes puntos de aprendizaje, pero en el conservatorio nos preparan para tocar y la realidad es que la inmensa mayoría, al terminar los estudios, tenemos que coordinar nuestra actividad de intérprete con la docencia. En mi caso (y menos mal), dar clases es totalmente vocacional. Siempre he querido compaginar la parte de actividad musical con impartir clase en un conservatorio; el Grado Profesional concretamente (que abarca toda la etapa de E.S.O y Bachillerato, desde los 12 a los 18 años), aunque no descarto el dar clases en un instituto.

En el campo de la docencia, actualmente trabajo en un centro privado dando el grado elemental (8 a 12 años) y el profesional (12 a 18) de violín y otras asignaturas grupales como lenguaje musical, coro y orquesta de cuerdas. También he impartido durante dos cursos la actividad de coro en un instituto de Valladolid, formado por los propios alumnos y profesores del centro. 

Por aquí otra foto... esta vez en uno de los ensayos con el coro del Instituto. Este curso, debido a las circunstancias, se ha tenido que suspender. Realmente lo echo de menos; era una actividad que fomentaba la dinámica de grupo y el trabajo en equipo y además de aprender música era un momento en el que los chavales desconectaban de todo:

Con el violín, el hecho de tener un trato individual con cada alumno me permite aprender mucho de cada uno de ellos e ir creando estrategias de aprendizaje que veo que son eficaces en unos pero que tal vez no lo son tanto en otros casos, a fin de lograr que todos ellos alcancen unos objetivos satisfactorios con su instrumento, sean cuales sean sus capacidades, fisionomía o destrezas innatas. Creo que la actividad docente siempre tiene que moverse en la "simbiosis" de dar y a la vez recibir conocimientos. Para mí el seguir aprendiendo y queriendo mejorar día a día es lo que me mantiene activa y eso a su vez ilusionada con lo que hago.

¡Y eso es todo! Gracias por vuestra visita al Blog :)

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